Proteger nuestro entorno y mantener un especial cuidado sobre el lugar en el que vivimos es fundamental para que la naturaleza que nos rodea, encargada de dar oxígeno y vida al hombre, perdure durante el máximo tiempo posible. Junto a esta finalidad de cariz ecologista son muchas las motivaciones que a día de hoy se han convertido en las precursoras de un proyecto conocido como La Hora del Planeta.
Convocada el pasado sábado 29 de marzo por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF),
esta iniciativa de sesenta minutos pretendía concienciar a la población sobre el mal uso y abuso que actualmente se hace de la Tierra, invitándole a apagar las luces durante toda la hora.
Teniendo en cuenta que para proteger su naturalidad es indispensable que tanto éste como otros movimientos ecológicos se lleven a cabo a diario,
existen un sinfín de acciones cotidianas que pueden ayudar a reducir todo tipo de agresiones medioambientales. Regular el consumo de aire acondicionado y controlar con frecuencia la temperatura media de nuestra vivienda es fundamental para ejercer una acción responsable y positiva hacia nuestro planeta.
NI FRÍO NI CALOR: EL EQUILIBRIO ES SINÓNIMO DE SOSTENIBILIDAD
Una de las mejores opciones para cumplir al pie de la letra todos los requisitos que acompañan a la iniciativa de
La Hora del Planeta es llevar a cabo un uso responsable del aire acondicionado. Como ocurre en muchos hogares, este tipo de sistemas de climatización, que en ocasiones son
Aires Acondicionados con bombas de calor, se utilizan de forma desmesurada y se dejan encendidos durante largas horas en las que quizás no son necesarios.
Por este motivo,
además de recomendar dentro de casa una temperatura media que no descienda de los 17 grados centígrados ni supere los 19, deben llevarse a cabo otro tipo de medidas que contribuyan a diario a la sostenibilidad de nuestro planeta. Podemos utilizar termostatos que durante la noche adapten la temperatura de la vivienda a nuestro descanso, puesto que a lo largo de las horas de sueño ya estamos cubiertos por sábanas, edredones y mantas que retienen el calor. Por otro lado, debemos estar atentos a la ropa con la que nos vestimos, no aumentando demasiado el consumo del aire acondicionado si podemos estar dentro de casa con camisetas o pantalones más ligeros y frescos.
VENTANAS BIEN CERRADAS Y LUCES APAGADAS
Para evitar el derroche de energía y mantener intacta la naturaleza del planeta existen muchas acciones diarias que pueden favorecer el cumplimiento de esta meta ecológica. Sólo es necesario comprobar si nuestras ventanas son herméticas y no dejan escapar el calor o el frío del
aire acondicionado, evitando así un mayor incremento de la factura.
Desconectar los aparatos eléctricos y apagar el interruptor de la luz antes de ir a dormir son gestos tomados a conciencia que pueden revitalizar el lugar en el que vivimos.
Fuente de la imagen:
WWF (
Hora del Planeta, Madrid)
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