En verano, uno de los aparatos más utilizados para frenar el bochorno provocado por las altas temperaturas es la puesta en marcha del aire acondicionado, que suele formar parte de la mayoría de oficinas, centros comerciales o incluso viviendas privadas. Sin embargo, su rápido y refrescante efecto, que disminuye en cuestión de segundos la sensación de calor, puede resultar nocivo para la salud cuando se emplea de forma abusiva.
Dolores de cabeza, sequedades oculares, problemas musculares o resfriados. Cualquiera de estas afecciones puede derivar de un ambiente demasiado fresco o humidificado, por lo que
antes de iniciar la temporada veraniega es importante conocer qué medidas pueden llevarse a cabo para utilizar los equipos de aire acondicionado con la máxima responsabilidad.
ENTRE 24 Y 26ºC, LA TEMPERATURA IDEAL PARA TU OFICINA
Uno de los factores de prevención a tener en cuenta durante la puesta en marcha del
aparato de aire acondicionado es precisamente
la temperatura media que debe mantener la habitación en la que está instalado. Como bien indica la normativa actual, a la hora de favorecer el estado de salud de los trabajadores es fundamental mantener la sala entre los 24 y los 26ºC de temperatura, porque de lo contrario pueden producirse cambios bruscos entre el calor de la calle y el interior de la oficina.
De este salto excesivo derivan
los principales riesgos de salud que pueden sufrir los trabajadores dentro del ambiente laboral, entre los cuales destacan las cefaleas, las contracturas, los estados gripales o las inflamaciones de garganta. Su nocividad incrementa cuando el aparato enfoca directamente al cuerpo de la persona, por lo que
se recomienda que el flujo de aire sea expulsado a una distancia adecuada.
MEJOR PREVENIR QUE CURAR
Muchas de las bajas laborales que se producen durante los meses de verano son generadas tras la presencia de alguno de los síntomas descritos más arriba. De ahí que, aunque la
compra de aire acondicionado sea barata y económica, si este aparato no se utiliza con la prevención adecuada puede convertirse en un verdadero problema para la salud.
Revisar con cierta frecuencia el sistema de filtros de este tipo de aparatos es fundamental para evitar que tanto los gérmenes como otras partículas dañinas puedan afectar a nivel respiratorio, realizando con periodicidad el mantenimiento que requieren este tipo de sistemas. Ventilar la oficina con regularidad o colocar la instalación en una sala contigua que tenga siempre las puertas abiertas pueden resultar medidas eficaces para garantizar un ambiente agradable pero exento de problemas de salud.
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